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¿Qué es la autofluorescencia?

Capacidad que tiene el ojo para absorber luz de una determinada longitud de onda y posteriormente emitirla en una longitud de onda superior (entre los 500 y 700 nm). Este proceso se da lugar en la retina, que es una capa situada en en interior del globo ocular compuesta por células que permiten este fenómeno.

El principal componente autofluorescente de la retina es la lipofucsina. La lipofucsina es un pigmento amarillento que se produce de forma natural como resultado del metabolismo y degradación de las células fotorreceptoras que forman la retina. La mayor o menor fluorescencia de esta va a depender de la cantidad de fluoróforos presentes en la lipofucsina.

¿Para qué sirve la autofluorescencia?

Es común que durante el metabolismo de las células presentes en la retina se generen cúmulos de lipofucsina. Una acumulación excesiva de lipofucsina suele ser indicador de alguna enfermedad ocular que afecte a la retina, principalmente a la capa del epitelio pigmentario de la retina.

El estudio de la autofluorescencia nos sirve para detectar, diagnosticar y seguir determinadas patologías de la retina. Aporta información a cerca del estado de las células y pigmentos de la retina.

¿Como funciona?

La prueba de la autofluorescencia es una técnica rápida y no invasiva para el paciente. Se realiza sin contraste intravenoso, a diferencia de la angiografía ocular. Se basa exclusivamente en la propiedad de emitir luz de la retina.

Durante la realización de la prueba se obtienen imágenes del fondo de ojo. En estas imágenes se aprecia un patrón de distribución de fluorescencia sobre la superficie ocular, que presenta zonas de hipoautofluorescencia (zonas con menos autofluorescencia) o hiperautofluorescencia (zonas de fluorescencia excesiva). El especialista oftalmólogo es el encargado del análisis e interpretación del patrón obtenido. En general cada patrón es asociado a una posible patología o situación concreta del estado de la retina.

Estas imágenes aportan gran cantidad de información a cerca del envejecimiento de la retina, de las patologías que pueda presentar y de la evolución y diagnóstico de las mismas. Facilita el diagnóstico precoz y permite detectar pequeños cambios retinianos.

Uso y aplicación

El angiógrafo es el aparato usado para el estudio de la autofluorescencia retiniana. Existen varios tipos de angiógrafos, entre los que se distinguen principalmente los que trabajan con longitudes de onda larga (muestran la distribución de melanina, otro pigmento de la retina) y los que trabajan con longitud de onda corta (muestran la distribución de lipofucsina). Actualmente los angiógrafos más usados trabajando con longitud de onda corta.

La prueba de la autofluorescencia puede emplearse como prueba exclusiva o conjunta a otras pruebas como el estudio del fondo de ojo con la pupila dilatada, prueba de OCT o la prueba de la angiografía ocular.

Existen tratamientos relacionados con el uso de la autofluorescencia como por ejemplo la fotocoagulación láser, la terapia fotodinámica, la crioterapia, la vitrectomía posterior y las inyecciones intravítreas.

Patologías relacionadas

Muchas patologías retinianas cursan con un patrón concreto de autofluorescencia. Entre las situaciones retinianas que se relacionan con el estudio de la autofluorescencia se encuentran: