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Introducción

La córnea es la estructura óptica más importante del ojo, imprescindible para poder ver. Sus características determinan cuanto ves, las lentes de contacto que debes utilizar o si te puedes operar de cirugía refractiva, en caso de que quieras prescindir de tus gafas.

Si quieres conocer un poco mejor qué prueba se encarga de darnos toda esta información, ¡sigue leyendo! porque, a continuación, te presentamos la topografía corneal.

¿Qué es una topografía corneal?

Según el diccionario, una topografía es la técnica utilizada para describir y delinear con detalle la superficie de un terreno.

De la misma manera, en una consulta oftalmológica, la topografía corneal es una prueba básica encargada de describir y detallar la forma exacta de la córnea. Así obtenemos imágenes unidimensionales, bidimensionales e incluso, tridimensionales que representen la curvatura completa de la córnea sin necesidad de tocar el ojo. Es una prueba no invasiva.

Se trata de una prueba especialmente útil ya que la córnea, además de ser la estructura óptica más importante para nuestra visión, también es transparente. Esto implica que no se pueda medir directamente y que la topografía sea la única prueba diagnóstica capaz de analizarla.

¿Para qué se utiliza la topografía corneal?

La topografía permite el diagnóstico, el seguimiento y el tratamiento de cualquier condición que afecte a la córnea. Algunos de sus usos más frecuentes son:

Diagnóstico de alteraciones corneales

  • Algunas enfermedades pueden alterar la forma de la córnea. Por ejemplo, las ectasias corneales, como el queratocono, son patologías degenerativas de la córnea que se caracterizan por presentar una zona adelgazada que coincide con una zona de mayor curvatura. La topografía corneal es la única herramienta que tenemos de diagnosticar y controlar la deformación corneal causada por esta enfermedad.
  • Los trasplantes de córnea también precisan controles topográficos, tanto antes como después de la intervención.
  • Existen otras irregularidades corneales, no patológicas, que también pueden condicionar la visión del paciente. Por ejemplo, un herpes, una conjuntivitis vírica o un cuerpo extraño podrían dejar como secuela en la córnea un astigmatismo irregular que condicionaría la visión y que sólo podría se cuantificado con la topografía.

Valoración de candidatos para cirugía refractiva

  • La topografía corneal es esencial en el estudio preoperatorio de todos los tratamientos láser de cirugía refractiva. Este tipo de cirugía permite corregir tanto miopía, como hipermetropía, astigmatismo o presbicia. La forma y las características de la córnea determinan el tipo de técnica quirúrgica ideal para cada paciente.

Además, durante el postoperatorio, la topografía muestra el cambio de curvatura corneal inducido por el láser, permitiendo verificar el éxito de la intervención.

  • En una cirugía de cataratas, la topografía determina el tipo de lente intraocular que se puede implantar. Por ejemplo, las lentes intraoculares multifocales sólo se indican en pacientes que presenten una topografía regular.
  • La implantación de lentes fáquicas, como la ICL, también precisa

topógrafo de hendidura

Adaptación de lentes de contacto

  • Las lentes de contacto deben de adaptarse a la superficie ocular. La topografía corneal proporciona información tanto del centro como de la periferia de la córnea, facilitando el ajuste de la lente. Además, permite controlar cualquier cambio inducido por la lente (warpage).
  • En adaptaciones especiales, como en ortoqueratología nocturna (usada con frecuencia para el control de la miopía) la topografía corneal es imprescindible para identificar dónde está actuando la lente y, en consecuencia, si el tratamiento está siendo efectivo.

¿Cómo realiza la medida un topógrafo?

La topografía ha evolucionado mucho desde que aparecieron los primeros videoqueratoscopios a mediados del s-XIX. Sin embargo, la base óptica de la mayoría de los instrumentos actuales sigue siendo la misma.

La córnea funciona como un espejo, por tanto, si proyectamos sobre ella una imagen, ésta se verá reflejada idéntica, pero de menor tamaño. Siguiendo este principio óptico básico de reflexión, muchos topógrafos actuales proyectan un objeto sobre la córnea (habitualmente un disco de plácido, formado por una serie de círculos concéntricos) para después fotografiar el reflejo y finalmente, analizar la imagen en un ordenador. En función del tamaño y la forma de la imagen adquirida, un software informático simula punto por punto la curvatura de la superficie anterior de la córnea.

Las topografías obtenidas a partir de un Disco de Plácido suelen ser las más exactas. Son capaces de percibir cualquier pequeña irregularidad en la superficie anterior de la córnea (cicatrices, patologías, moldeos inducidos por lentes de contacto, cirugía refractiva,…)

Sin embargo, hoy en día, los topógrafos son capaces de obtener información más allá de la superficie anterior. Datos como el espesor o la curvatura de la superficie posterior corneal, son imprescindible para poder diagnosticar las ectasias corneales.

El principio óptico de la difusión permite que los topógrafos actuales sean capaces de obtener información detallada de todo el segmento anterior del ojo.

Según este principio, si dirigimos un haz de luz a una superficie óptica cómo la córnea, al atravesar el tejido, la luz se difundirá haciendo visible la estructura corneal y seguirá, después, su trayectoria. Los topógrafos que se basan en este principio óptico utilizan una hendidura de luz para iluminar la córnea y una cámara para captar la imagen. De esta forma, cuando la hendidura de luz hace un barrido sobre la córnea, la cámara es capaz de obtener imágenes de todo el segmento anterior (desde la córnea hasta la superficie anterior del cristalino). El software informático realiza una reconstrucción tridimensional del segmento anterior y, posteriormente, realiza las medidas de curvatura de la córnea.

Mapas topográficos

Los mapas topográficos nos permiten cuantificar y visualizar la curvatura corneal (tanto de la superficie anterior como de la superficie posterior), su asfericidad (es decir, como cambia la curvatura del centro a la periferia), su regularidad (si sigue algún patrón o es completamente irregular) y su simetría (si esa curvatura es simétrica en la zona superior-inferior o asimétrica).

Los mapas topográficos más comunes que podemos encontrar son:

  • Mapa de curvatura sagital: Mide el radio de curvatura de la superficie corneal desde el eje óptico. Suele ser el más utilizado ya que proporciona valores normalizados de la superficie. En contra, pequeñas irregularidades puedes pasar desapercibidas.
  • Mapa de curvatura tangencial: Mide el radio de curvatura real en cada punto de la superficie corneal. Este mapa es más sensible a pequeñas irregularidades, lo que lo hace más útil para el diagnóstico.
  • Mapa refractivo: Convierte cada punto de curvatura del mapa axial a un valor de potencia equivalente a través de un índice de refracción estandarizado (n=1,3375)
  • Mapa de elevación: Representa las zonas de la córnea que están sobreelevadas y deprimidas al compararla con una superficie de referencia. Este mapa es especialmente útil para el diagnóstico de ectasias corneales, ya que se caracterizan por tener una zona muy elevada en la superficie posterior de la córnea, que coincide con el punto de mayor curvatura y menor grosor corneal.