Si cualquier enfermedad requiere de un adecuado seguimiento y control por parte del especialista, en el caso de la Diabetes Mellitus esto cobra especial relevancia al ser esta patología una de las principales causas de ceguera en el mundo occidental.

Por ello es tan importante su diagnóstico precoz a fin de evitar complicaciones que comprometan, gravemente, la visión, como ocurre con el edema macular diabético.Éste se produce como consecuencia de la acumulación de líquido en la zona central de la retina o mácula debido a alteraciones de los vasos sanguíneos siendo frecuente además, en estos casos, el depósito de exudados duros por el escape de lipoproteínas del interior de dichos vasos hacia la retina.

El Dr. Pravin U. Dugel y sus colaboradores han llevado a cabo un interesante estudio en fase I publicado, recientemente, en la revista Ophthalmology (Enero 2012) sobre un fármaco ya utilizado en otros campos de la medicina, denominado Sirolimus.

Dicho estudio se ha realizado sobre 50 ojos probando dos formas de administración, inyección subconjuntival e intravítrea. Se trataba de evaluar su seguridad y tolerabilidad con una sola inyección y en ambos casos, se produjo una mejoría en la agudeza visual de 4 letras que se mantuvo durante tres meses constatándose, además, una disminución anatómica del edema macular.

Los efectos secundarios fueron, en su mayoría, leves y transitorios siendo común la hiperemia conjuntival, la hemorragia y el edema tras la inyección subconjuntival así como
la hemorragia conjuntival después de la inyección intravítrea pero no se observaron efectos adversos en la presión intraocular.

Los resultados son, pues, tan prometedores que va a iniciarse la fase II del estudio.

Esperemos que Sirolimus demuestre, de nuevo, su eficacia como tratamiento del edema macular diabético.

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