Llevar gafas y practicar deporte ha sido siempre motivo de conflicto especialmente entre los niños y jóvenes. Y es que en muchas ocasiones el miedo a romper las gafas significa un freno insalvable a la hora de calzarnos las deportivas.
Por ejemplo, hace unos años un estudio de la Universidad Europea de Madrid estimaba que casi un 86% de los niños que usan gafas se las quitaban para hacer deporte por miedo a romperlas, con la consiguiente pérdida de visión y riesgo de accidentes que esto les supone.
La práctica con gafas de algunos deportes en los que puede haber contacto con otra persona o con objetos, como ocurre en intensos como el baloncesto o fútbol puede aumentar el riesgo de lesiones oculares si te golpean en la cara. El sudor también molesta, hace que se empañen y que puedan resbalar con más facilidad y caerse. Sin olvidarnos que las gafas limitan la visión periférica tan importante en algunos deportes de equipo. Y no olvidemos lo que puede suponer practicar cualquier deporte acuático (natación, surf, vela…) con gafas.
A los problemas de la práctica de un deporte con gafas le tenemos que unir el inconveniente de los molestos rayos UV cuando el deporte es al aire libre. Hay muchos deportistas que por diversos problemas como conjuntivitis o rechazo no pueden usar lentes de contacto y se ven obligados al uso de gafas de sol graduadas.
Es cierto que en los últimos años se ha avanzado mucho con materiales de última generación como los policarbonatos o el trivex que permiten graduar gafas de sol incluso con cristales curvos, pero siempre modelos determinados y a un coste ciertamente elevado. ¿Y qué sucede cuando se esconde el sol o practicamos un deporte de noche? que tenemos que recurrir a nuestras sufridas gafas de diario.
La llegada de las lentes de contacto mejoró las cosas a la hora de practicar un deporte entre aquellos que no ven bien. Para nadar es posible adquirir gafas de natación graduadas para algunas miopías y técnicamente se pueden usar también algunas lentes de contacto blandas para sumergirse en el mar o en la piscina, pero es muy frecuente que se formen burbujas de aire entre la córnea y la lente y acabes perdiendo las lentillas. Tampoco hay que olvidarnos del riesgo importante de contaminación bacteriana y la irritación conjuntival producida al ponerse en contacto nuestras lentillas con el agua y el cloro de las piscinas.
Los que usan habitualmente lentillas para la práctica de deporte saben que esto no es una panacea, sino un engorro al que te acostumbras porque no hay más remedio.
En la actualidad la cirugía ocular láser ha supuesto la solución definitiva para olvidarte de todos los inconvenientes y además supone un ahorro frente al gasto continuo que son las gafas o lentillas normales y especiales para deportes. Si llevas gafas o lentillas y eres un apasionado de la práctica del deporte, sea el que sea, tienes una solución para dejar atrás y para siempre todos estos problemas.
Para los niños lo ideal es el uso de las lentillas CRT, lentillas especiales que sólo se ponen para dormir y que permiten al niño disfrutar de todas sus actividades diarias sin miedo a romper las gafas o perder sus lentillas, además suponen un beneficio para su salud visual ya que frenan el avance de la miopía.
Ahora puedes olvidarte de todos los inconvenientes de gafas y lentillas, incluido el gasto anual que te suponen, y valorar la opción de eliminar definitivamente las dioptrías mediante alguno de los modernos sistemas de láser o lentes intraoculares. El mejor consejo para esto es que lo hagas con un equipo de confianza que te ofrezca seguridad y te garantice el resultado deseado.
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