Las lesiones en los ojos pueden producir desde un déficit visual grave hasta ceguera y nadie está exento de padecerlas. En el momento más insospechado, cualquiera de nosotros podemos recibir en el ojo un fuerte impacto, salpicaduras de agua, aceite hirviendo e incluso productos de limpieza, algún cuerpo extraño que se introduce en el mismo, partículas de polvo y arena, trozos metálicos o de vidrio, quemaduras por una excesiva exposición al sol, restos de explosivos o material pirotécnico durante unas fiestas y un larguísimo etc.

Resulta imprescindible saber reaccionar de forma adecuada ante una urgencia, en este caso oftalmológica, siendo incluso recomendable extremar la prudencia. Lesiones poco dolorosas pueden ser, sin embargo, muy graves.Como primera medida, deberemos proceder a lavar inmediatamente el ojo con abundante agua del grifo antes de acudir a urgencias pues con mucha frecuencia, la gravedad de la lesión dependerá de la inmediatez de este lavado.

Hay que tener muy claro lo que nunca se puede hacer en estos casos: echarse cualquier producto en el ojo (salvo agua o suero salino) sin indicación médica, tratar de retirar por nosotros mismos un cuerpo extraño clavado en el mismo así como frotarlo.

Reconstituir la historia del accidente será de mucha utilidad sobre todo si identificamos el agente agresor, ya que en los casos más graves un rápido diagnóstico puede ser vital para poder intervenir a tiempo.

No olvides estos consejos. En un momento dado, pueden salvarte la vista.

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