La respuesta alérgica en el ojo humano se debe a la exposición ocular a un alérgeno (sustancia que produce inflamación cuando el individuo se expone a ello).

Los ojos, por estar expuestos al medio ambiente de forma directa, son unos de los órganos más frecuentemente afectados por los fenómenos alérgicos, siendo un blanco fácil de los alérgenos como pólenes, pelo de animales, ácaros del polvo, esporas de hongos, medicamentos, conservantes, tóxicos, etc…
Más del 70% de las personas que son alérgicas sufren algún tipo de afectación ocular.

La conjuntivitis alérgica suele comenzar como un proceso agudo con síntomas intensos o tener una evolución crónica (varios meses) con poca evidencia de inflamación pero con periodos de exacerbaciones. Afecta con mayor frecuencia a niños y adultos jóvenes.

Una reacción alérgica puede afectar a uno o ambos ojos y causar enrojecimiento y picazón en los párpados. Los síntomas también pueden incluir ardor, sensibilidad a la luz y sensación de que los párpados están pegados al despertarse por la mañana. Lagrimeo que a veces se relaciona con disminución pasajera en la agudeza visual, que puede producir, fatiga, cefaleas y disminución en la capacidad de concentración y aprendizaje, sobre todo en niños.

La forma más frecuente y leve de afectación es la conjuntivitis alérgica, que se asocia con rinitis, y que puede ser perenne si los síntomas duran todo el año, o estacional, asociada a cambios climáticos. También puede haber una conjuntivitis reactiva al uso de lentes de contacto, impidiéndoles su uso a la persona que las porta. Existen otras formas de conjuntivitis alérgica como la queratoconjuntivitis vernal o la queratoconjuntivitis atópica que pueden ocasionar lesiones corneales permanentes y su tratamiento es más complicado.

  • ¿Cuál es el tratamiento?

Actualmente se dispone de diversos medicamentos instilados de manera tópica en los ojos, que proporcionan tratamiento rápido y eficaz de la alergia ocular. Normalmente, el terapéutica consiste en la identificación de los alérgenos responsables de la reacción, medidas para evitar la exposición a estas sustancias y la utilización de medicamentos principalmente tópicos para reducir los síntomas o prevenir la recurrencia. De ser necesario se puede recurrir a tratamientos por vía oral, controlado conjuntamente con un alergólogo.

Colirios

  • Antialergicos (Ketotifeno, Olopatadina, Azelastina, Epinastina, etc…)
  • Antinflamatorios Esteroideos (Dexametasona, Fluorometolona, Loteprednol, etc)
  • Antinflamatorios no esteroideos (Diclofenac, Ketorolac, etc)
  • Lubricación en forma de lágrimas artificiales o bien con lavados con suero salino fisiológico.
  • Compresas frias

Algunas recomendaciones útiles:

En casa

  • Evitar el polvo: aspirar las habitaciones donde se pasa largo tiempo diariamente.
  • No barrer, sino aspirar o pasar un trapo húmedo.
  • Evitar, en la medida de lo posible, alfombras, cortinas pesadas, almohadones de plumas, juguetes de lana o peluches, paredes empapeladas.
  • Son preferibles las viviendas en zonas soleadas y secas.
  • Cerrar las ventanas en días soleados.
  • Evitar los pelos y plumas de las mascotas.
  • Evitar gatos, perros, aves como mascotas.
  • No tener plantas con flores dentro de la vivienda

En el dormitorio 

  • Lavar las sábanas al menos una vez por semana y a altas temperaturas (>60°C).
  • Airear la cama todos los días.
  • Aspirar el colchón y no sacudirlo.
  • Envolver almohadas y el colchón con una funda impermeable a los ácaros.

La ropa

  • Mejor los materiales sintéticos.
  • Guardar la ropa en bolsas de plástico cuando no las utilice.
  • Aspirar los armarios regularmente.

En viajes

  • Vacaciones en zonas de montaña, a ser posible a más de 1.000 metros de altura.
  • Vacaciones preferentemente, en zonas costeras de escasa vegetación.
  • Evitar viajar en primavera y otoño.
  • No salir al aire libre los días de viento.
  • En caso de hacerlo, utilice gafas protectoras.
  • Evitar que el aire le dé directamente en la cara cuando se desplaza en un medio de transporte.
  • Llevar siempre la medicación que su oftalmólogo y alergólogo le han recomendado.

Generales 

  • No automedicarse y preguntar siempre a un médico. Algunos colirios poseen sustancias nocivas cuando se utilizan por largos periodos de tiempo.
  • Consultar siempre a un oftalmólogo. Él es el más indicado para diagnosticar el problema e indicar un tratamiento adecuado.