Es indudable que el hecho de llevar gafas o lentes de contacto condiciona, de muy distintas maneras, nuestro quehacer diario. Hay situaciones, especialmente molestas, que nos han llevado a plantearnos, alguna vez, la posibilidad de pasar por el quirófano para corregir nuestro defecto visual pero entonces se suceden, una tras otra, una larga retahíla de dudas, entre ellas la técnica más adecuada. El oftalmólogo es quien debe plantearnos el mejor procedimiento para nuestro caso, si bien durante los últimos diez años, el método más frecuentemente empleado es la ténica Lasik.Cuando algo lo tienes muy claro, es mucho más fácil tomar una decisión al respecto y por ello vamos a explicarte, paso por paso, cómo es la cirugía con láser Lasik, aunque no podemos obviar que nuestras clínicas poseen importantes avances técnicos que mejoran, incluso, dicha técnica como es el procedimiento Z-Lasik.

Durante tu primera visita al Centro, te realizaremos algunas preguntas que nos aporten información relevante sobre enfermedades que padeces o has padecido, en especial si afectan a los ojos, posibles alergias, etc.

A continuación te aplicaremos unas gotas en cada ojo para dilatarte la pupila y de esta manera, realizar todas las pruebas optométricas y oftalmológicas que nos permitan determinar si eres un buen candidato para la cirugía, si necesitas de algún tratamiento previo a la misma y cuál es la técnica que mejor se ajusta a tus circunstancias personales. Es el momento de resolver cualquier preocupación que tengas, así como de informarte sobre las ventajas, los riesgos, el desarrollo de la intervención y los protocolos de seguridad ante eventuales incidencias. Nuestro objetivo es que te sientas cómodo, relajado y que confíes en nosotros.

Si esto es así, te irás a tu casa con el consentimiento informado, que es un documento que deberás firmar para constatar que has sido adecuadamente informado sobre la intervención y sus posibles riesgos y complicaciones.

La operación se desarrollará en dos etapas:

La primera comienza con la aplicación de un colirio anestésico, se realiza una limpieza aséptica alrededor de los ojos y y asimismo, se te coloca un pequeño aparato diseñado para que mantengas éstos abiertos durante todo el proceso sin parpadear.

En la segunda, el cirujano emplea un instrumento quirúrgico llamado microqueratomo que evita, mediante una bomba de succión, que la sangre llegue al ojo. Esto le permite levantar una fina capa de la córnea (flap) semejante a una lentilla, que aparta momentáneamente.

Sobre la zona expuesta, aplica el Láser Excimer modificando la curvatura de la córnea para ser más plana en caso de miopía, más curva en caso de hipermetropía o más esférica en caso de astigmatismo. Es importante que colabores manteniendo la mirada fija en el punto luminoso del láser si bien no ocurrirá nada grave si mueves el ojo, pues el láser que utilizamos dispone del sistema Eye Tracker que sigue, automáticamente, los movimientos oculares para garantizar la correcta aplicación del láser.

Por último, se recoloca el flap corneal que se adhiere y cicatriza por sí sólo, sin necesidad de suturas. Dicha actuación no lleva más de cuatro minutos si bien el tiempo total transcurrido desde la preparación preoperatoria hasta el final puede extenderse a una hora.

Llegado a este punto, el proceso habrá terminado. Es normal que experimentes una leve molestia o escozor, como si tuvieses arenilla en los ojos. Tras un ratito en reposo te realizaremos una revisión, te daremos importantes recomendaciones a seguir en tu propia casa, te explicaremos el tratamiento que debes aplicarte y fijaremos fechas para futuras revisiones.

En el siguiente enlace puedes un ver un vídeo explicativo sobre esta operación: Video Cirugía Láser.

Gran parte del éxito de la intervención estará, así, garantizado. El resto, quedará en tus manos.

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