¿Qué es la Iridotomía láser?

La iridotomía láser es un procedimiento profiláctico realizado con láser tipo Yag para evitar episodios de glaucomas agudos. Su finalidad es abrir un conducto en el iris a través del cual se equilibren las presiones de la cámara anterior y de la cámara posterior y no se produzca un aumento en la tensión intraocular del ojo que pueda provocar daños en el nervio óptico, motivo principal de perdida de visión por glaucoma.

La iridotomía realizada con láser tiene como objetivo mejorar el drenaje intraocular antes de que se produzcan daños y perdida de visión.

Este procedimiento láser se considera como un procedimiento rápido y totalmente seguro, y por eso ha sustituido totalmente a la iridectomía quirúrgica tradicional que requería la apertura del globo ocular y la extirpación parcial del iris manualmente.

¿Cuándo se realiza la Iridotomía láser?

iridotomia láser

Se utiliza para el tratamiento de glaucomas de ángulo cerrado y permite prevenir subidas de presión intraocular en los ojos predispuestos a padecer este problema.

¿En qué consiste la Iridotomía láser?

Es un proceso sencillo y rápido, lo realiza el oftalmólogo especializado en la consulta y de forma ambulatoria.

Antes de la aplicación del láser, se administran unas gotas de anestesia tópica para que el paciente no sienta ninguna molestia, se aplican también otras gotas para cerrar la pupila.

Una vez disminuido el tamaño de la pupila, se aplica el láser sobre el iris con la ayuda de una lente especial que va a proteger la córnea y a enfocar el láser en la zona del iris a tratar.

Después de media docena de impactos la perforación está en general partente, y los nuevos canales de drenaje están abiertos permitiendo al humor acuoso circular desde la cámara posterior del ojo a la cámara anterior. Durante el procedimiento el paciente puede llegar a notar sensación de pinchazos y ver flashes de luz.

Recuperación de la Iridotomía láser

La recuperación es inmediata, puede haber alguna molestia en la primeras horas, pero no impide al paciente hacer una vida normal y desarrollar sus actividades habituales desde que termina la aplicación del láser, aunque no es aconsejable conducir las primeras 24 horas.

Se recomienda una revisión en las siguientes semanas y que el paciente siga con sus revisiones habituales de control.

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