Mas del 12% de los niños escolarizados presentan problemas de visión. El 80% padece algún trastorno refractivo como miopía, hipermetropía o astigmatismo.

Asimismo, la ambliopía, más conocida como ojo vago, y el estrabismo son la segunda y tercera patología más frecuentes entre los escolares, siendo el más problemático el ojo vago, ya que sólo tiene solución durante los primeros años de la infancia.

Para ver bien es necesario que el funcionamiento de los dos ojos sea correcto. Sin embargo, algunos niños padecen ambliopía u «ojo vago» lo que impide el correcto desarrollo de su agudeza visual y consecuentemente una pérdida de visión en dicho ojo. Este defecto, tiene fácil solución si se detecta a tiempo.

El ojo vago es un problema que si no se detecta y se trata a tiempo, provoca una disminución de la agudeza visual irreversible a partir de cierta edad, normalmente entre los 7 y los 9 años (edad aproximada de maduración del sistema visual), ya que las células cerebrales encargadas de la visión que no han sido estimuladas durante la niñez no pueden desarrollarse después.

Su origen

En la mayoría de los casos (un 80% de los que se detectan) el ojo vago se debe a una diferencia de graduación entre los dos ojos, a causa de una miopía o, más frecuentemente, una hipermetropía o un astigmatismo elevado, que hace que el cerebro favorezca el desarrollo de la visión en uno de ellos – el que ve mejor – y deje de trabajar con el otro, convirtiéndolo en ojo vago.

O bien a un problema de estrabismo (desviación ocular), que provoca una visión doble, y hace que el cerebro acabe anulando la información del ojo desviado y sólo utilice la que aporta el ojo que funciona correctamente.

Otras veces el origen del ojo vago es un problema congénito que enturbia la visión, como una catarata o una córnea opaca. En estos casos es necesario practicar una intervención quirúrgica lo antes posible para evitar una pérdida de agudeza visual.

Detectar y prevenir a tiempo el ojo vago

La mayoría de las ambliopías tienen fácil solución. El tratamiento se basa en proporcionar la mejor imagen posible al ojo vago, corrigiendo el defecto que padezca mediante gafas o lentes de contacto y, a la vez, estimular y obligar a que se use, tapando con un parche el ojo que funciona correctamente.

El problema, es detectarlas de forma precoz o sea, antes de los dos años ya que a edades tempranas el sistema visual aún no ha completado su desarrollo y, por tanto, es más moldeable.

La prueba es que la ambliopía de un lactante se puede corregir en unas semanas, mientras que en un niño de cinco o seis años de edad, pueden ser necesarios varios años.

Por ello, los especialistas aconsejan a todos los padres que sometan a sus hijos, desde pequeños, a revisiones anuales de control: una primera revisión a los seis meses, una segunda al año y otra antes de que el bebe cumpa dos años, y a los cuatro años debe realizarse obligatoriamente la primera revisión ocular completa por parte del especialista.

De este modo se haría una buena prevención del ojo vago, ya que a esta edad aun no se ha instaurado de una forma irreversible y es fácil de corregir. A partir de los dos años, una revisión de control anual es suficiente.

Si observa que su hijo:

  • A la hora de leer o dibujar, se acerca o aleja excesivamente del papel.
  • Aparta la vista de lo que está viendo con demasiada frecuencia.
  • Cierra o entorna los párpados para mirar.
  • Se frota continuamente los ojos.
  • Tuerce la cabeza a ambos lados para fijarse en lo que está escrito en la pizarra.
  • Suele tener los ojos llorosos o enrojecidos.
  • Padece frecuentes dolores de cabeza.
  • El sol le causa molestias o le cuesta adaptarse a la oscuridad

Son síntomas de que puede existir un problema ocular subyacente.

Pero recuerde: el ojo vago generalmente no se nota. Además, es responsabilidad de los padres hacer los controles oftalmológicos para detectarlo antes de los 6 años o perderá la visión de ese ojo para siempre.