¿Sabías que la exposición al sol y al agua de las piscinas son uno de los principales enemigos de nuestros ojos en los meses de verano?

El verano es la estación del año en la que más sufren los ojos y, por tanto, hay que tener especial cuidado. La Dra. Pilar Drake, especialista en cirugía refractiva y de catarata en Novovisión, nos da una serie de consejos para proteger este verano nuestros ojos del sol.

  • Usa gafas de sol, el primer aspecto que no tenemos que olvidar este verano es la protección de nuestros ojos utilizando gafas de sol que aíslen de la radicación solar. Para eso, es necesario que utilicéis siempre gafas de sol con cristales homologados y un buen filtro solar compradas en ópticas. Es recomendable el uso de gafas de sol a partir de los 5 o 6 años, así como el uso de gorros o sombreros y evitar la exposición en las horas de máxima intensidad (desde 12 AM a las 4 PM).
  • Utiliza siempre gafas de bucear, dentro del agua. Bañarse en la piscina o en la playa sin gafas de natación o abrir los ojos debajo del agua puede provocar irritación, escozor, lagrimeo, hipersensibilidad a la luz, sensación de arenilla y acabar en una infección como la conjuntivitis.
  • ¡Ojo con las lentillas! Nos permiten ver en la playa o en la piscina sin necesidad de llevar gafas, sin embargo, en verano nos pueden provocar multitud de infecciones oculares porque se empapan de cloro y bacterias. Uno no debe bañarse con ellas, porque se corre el riesgo de sufrir una infección corneal con la posibilidad de tener una pérdida de visión permanente. Es mucho más saludable el uso de gafas de sol graduadas.
  • Es recomendable utilizar lágrimas artificiales. Los ojos mantienen un nivel de lágrimas que actúa como un film protector del calor y de pequeños cuerpos extraños. Pero debido a los efectos del sol y el viento, estas lágrimas se evaporan con mayor rapidez que en ambientes cerrados o en los meses de invierno. Por eso, el uso de lágrimas artificiales pueden ser muy útiles para llevar a la playa o a la piscina. Ten en cuenta que las radiaciones procedentes del sol llegan, también, de forma indirecta reflejadas por la superficie del agua.
  • No abuses del aire acondicionado, ya que puede provocar que se resequen las mucosas y sufrir el síndrome del ojo seco. Es importante situarse alejado del punto por el que sale al aire y tener precaución en los lugares en los que pasamos más tiempo con el aire encendido: casa, oficina o coche.