Los problemas visuales como miopía, hipermetropía o estrabismo afectan a más del 20% de los niños en edad escolar. La detección temprana es decisiva pero los niños no saben cómo tienen que ver. Sin embargo, existen varios síntomas que nos pueden alertar:

  • Tiene dificultades para aprender: se salta frases o palabras cuando lee, no comprende o no recuerda lo que ha leído o pierde la atención con más facilidad que el resto de compañeros de clase.
  • Parpadea en exceso,  guiña o tuerce sus ojos a menudo.
  • Cuando lee, se acerca mucho al papel  o escribe en una postura distinta.
  • Tiene picor de ojos y le duele la cabeza, sobre todo al salir del colegio o al final del día.
  • También, es importante observar si los niños se acercan demasiado a la televisión o a los libros, tienen los ojos rojos al final del día, dificultades de aprendizaje en el colegio… Y es que ante cualquier señal de alerta, ¡hay que hacerles una revisión!

Aunque nuestros hijos no presenten estos síntomas, es recomendable hacerles una revisión. El Dr. Jorge Torres, especialista en oftalmología infantil en Clínica Novovisión, nos explica que a partir de los seis años cuesta mucho mejorar la visión de un niño si no se ha tratado antes su problema. Por eso, es tan importante visitar al oftalmólogo ante la menor sospecha.

“Si el niño ya ha cumplido los cinco años, aunque no se haya detectado nada raro conviene acudir al especialista para asegurarse de que todo está bien”, asegura el Dr. Torres

  • Entonces Doctor, ¿a qué edad debo hacerle a mi hijo su primera revisión?

Se recomienda la primera visita a los 4-5 años y en niños con todo bien revisiones cada 2-3 años. A los que detectamos algún problema potencial o manifiesto anuales o incluso cada menos tiempo.

  • ¿Cada cuánto tiempo se recomienda una revisión de la vista a los niños?

Si el niño no tiene ningún problema ocular, se recomienda que se revise la vista una vez al año, a partir de los tres años y hasta que cumpla los ocho o nueve.